Anoche no podía dormir. Para aprovechar el tiempo cogí una vieja libreta e intenté escribir algunos tweets profundos y originales. No se me ocurrió ninguno, pero ojeando esas páginas llenas de palabrejas, encontré dos extraños cuentos que debí escribir hace cuatro o cinco años y que había olvidado por completo. No son lo mejor ni lo peor que he escrito. La cuestión es que tengo que seguir publicando entradas en el blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario